Todos buscamos un mundo ideal, pero el mundo ya es ideal, es perfecto exactamente como es. Es solo la manera de percibir aquello que está sucediendo lo que nos impide verlo así, porque experimentamos la dualidad y no podemos ver la perfección.

La dualidad

Esta es una ilusión de dualidad, tiene que ser dual. No es real, es un juego. Y la dualidad existe para encontrar el amor. No puedo reconocer la magnificencia de Los Andes a menos que haya visto algo mucho más pequeño con lo que lo pueda comparar. Veo algo pequeño y pienso que es magnífico. Luego veo algo muy grande y pienso que es aún más magnífico. Puede ser que esté enamorada de alguien y que eso sea lo mejor que me haya sucedido nunca, pero tengo que haber detestado a alguien para poder entender eso.

Necesito la oscuridad para poder ver la luz 

Tiene que haber un contraste, debo tener todas esas experiencias. Y todos tienen esas experiencias para mí, para que yo pueda experimentar ese tapiz lleno de colores tan variados, porque sin los colores y sus matices, no hay magia. No hay magia.

E idealmente, en nuestras mentes, si computarizáramos la playa perfecta, obtendríamos un océano azul perfecto, con la arena perfectamente blanca y con palmeras perfectas. Pero si todas las playas fueran así, nos aburriríamos.   Y esa es la naturaleza de los humanos.

Lo que realmente somos

De modo que tenemos la posibilidad de millones de elecciones y podemos ser un billón de cosas diferentes, pero en realidad, no somos nada de eso: somos amor. Somos amor que experimenta diversas formas.

Y sí, mientras la conciencia se eleva y jugamos el juego de regresar a esa ilusión perfecta, todo lo que percibimos que vibra en una frecuencia más baja – como el hambre, la guerra, el asesinato, todas esas cosas – sí, caerán, y sí, crearemos perfección. Y por eso tienes que sanarte a ti mismo.

Cuando me sano a mí mismo, sano al mundo.

No puedes hacer nada mal

Porque no hay nada malo en el mundo, y la gente se enoja mucho cuando digo esto. A mí también solía producirme enojo, pero ahora la perfección es mi experiencia.

Los humanos nunca hacen nada mal. Comparan, aman, odian, son perfectos, son humanos. Esa es nuestra experiencia. La razón por la que te estoy haciendo la comparación es para mostrarte la dualidad: para poder conocer lo grande, necesito conocer lo pequeño, y lo pequeño podría ser más magnífico que lo grande, pero tengo que comparar. No es malo comparar.  No puedes hacer nada mal.

Sanación

Y tenemos que sanar para saber que somos perfectos, porque tú no lo sabes. Cuando la basura se va – todos los sistemas de creencias, todos los surcos – entonces comienzas a experimentar la perfección. De modo que nos sanamos a nosotros mismos para poder ver que no hay nada malo.

Y a la vez, a medida que la conciencia se eleva, nos damos cuenta de que siempre hemos sido perfectos. Simplemente estábamos teniendo una experiencia humana.

Y entonces
comenzamos a optar
 por un nivel más elevado,
que contenga más vibraciones amorosas,
y dejamos de sufrir.