Los actuales problemas ecológicos del mundo surgen por la falta de unidad que aqueja a los habitantes de este planeta. La tierra es nuestro hogar y, aunque sabemos esto, seguimos dañando el medio ambiente. La única manera de crear una cultura basada en un desarrollo sostenible es cambiando nuestra percepción individualista, que hace que sólo nos importe lo nuestro.

Mientras no lo hagamos, las personas continuarán ignorando el cuidado que cada uno puede tener, y las empresas continuarán ignorando las regulaciones de protección del medio ambiente, cuando éstas existen. Mientras valoremos el poder y el dinero por encima de lo ético, del corazón y del dar, nada logrará que las personas muden sus acciones.

El cambio debe ocurrir dentro del individuo, y es muy claro que el medio más efectivo para producir esa transformación es desarrollando una mayor conciencia interior y entregando herramientas para ello, ya sea con el Sistema que yo enseño o con otras formas de introspección. Utilizando esa estrategia, podremos, con el tiempo, transformar el entramado social. Creando un desarrollo interior sostenible

La sostenibilidad debe iniciarse a nivel personal. Si tenemos hábitos y rutinas que no son sostenibles, ¿cómo podremos apreciar la importancia de la sostenibilidad a nivel planetario? El no dormir lo suficiente, los niveles altísimos de estrés, las adicciones, son todos factores que afectan nuestra sostenibilidad personal y que imposibilitan el mantener un bienestar y una buena salud. Para lograr un estilo de vida sostenible, debemos desarrollar hábitos y comportamientos que eviten que lleguemos al agotamiento.

Así como contaminamos y explotamos la tierra, contaminamos y explotamos nuestros cuerpos. En nuestra juventud, la exuberancia y la resistencia parecen inagotables, pero luego continuamos despilfarrando abusivamente nuestros “recursos internos”, maltratando nuestro cuerpo con comida rápida, estimulantes, a veces drogas, lo cual exige en demasía a nuestro sistema nervioso, más allá de lo que éste puede soportar. Cuando este comportamiento termina en trauma, ya sea a través de una enfermedad, la ruptura de una relación o niveles de estrés que nos impiden hacer frente a la vida, no tenemos otra alternativa sino ir hacia adentro y empezar a revitalizar nuestro ser.

En nuestra biosfera, hemos aplicado esta misma irresponsabilidad en diversos aspectos: la sobrepesca, la minería a cielo abierto, la facturación hidráulica y la perforación de pozos petrolíferos conllevan contaminación, de-forestación, destrucción de especies y de sus hábitats naturales. No tomamos en cuenta nada que esté más allá de nuestro apetito insaciable de acumular posesiones.

Así como al consumir los recursos del mundo los desechos contaminan la tierra, las toxinas de las sustancias y alimentos dañinos que ingerimos contaminan nuestros cuerpos. Y cuando comenzamos a nutrirnos de manera más amorosa, llegamos a apreciar nuestro entorno en un nivel mucho más profundo. Es hora de hacer este cambio fundamental.

Entrevista realizada en Estrella Valpo