Hemos aprendido a analizar todo. Desde nuestros pensamientos y emociones hasta nuestras acciones y decisiones, el intelecto escudriña con meticulosa y a menudo obsesiva repetición, dando vueltas interminablemente alrededor de las circunstancias en las cuales nos encontramos. Pero este análisis constante, cuando se ha convertido en un hábito compulsivo, sólo sirve como distracción, alejando nuestra atención de la alegría que está presente en cada momento.
El corazón ve más allá de las comparaciones y los juicios de la mente. Es capaz de abrazar todo en su perfección, exactamente como es. Tal nivel de aceptación es difícil de captar para el intelecto, porque trasciende el pensamiento lógico. Percibir desde el amor-conciencia es lo opuesto a percibir desde el intelecto. El intelecto percibe dualidad, mientras que el amor percibe unidad. El intelecto percibe bueno y malo, correcto y equivocado, mientras que el amor acepta y abraza todo.
La mente tratará siempre de analizar, de comprender y evaluar cada situación, porque necesita desesperadamente mantenerse entretenida. Estaré haciéndolo bien? Los demás son mejores que yo. Nadie se da cuenta de mi esfuerzo. Son sólo los juegos de la mente. No te quedes enganchado en este tipo de pensamientos, porque en el momento en que lo haces se convierten en un apego. Si simplemente los miras pasar, sin tomártelos seriamente, no te causarán ningún sufrimiento.
Estamos muy apegados a nuestros pensamientos. Pensamos que somos nuestros pensamientos, pero no lo somos. Pensamos que nuestros pensamientos son reales, pero si los observas, verás cuán contradictorios son. Nuestros pensamientos siempre están cambiando. La mente danza incesantemente de un extremo a otro, yendo hacia un lado, luego hacia el otro. No hay estabilidad en nuestros pensamientos. La libertad viene cuando aprendes sólo a mirarlos pasar.
Cuando tu experiencia interna comienza a crecer, empiezas a verte más claramente a ti mismo y a tus creencias limitantes. Empiezas a ver: ¡Ah! Yo caigo en esta trampa una y otra vez. Pero no se trata de calcular o comprender. Si tienes que entender algo, esto será muy claro para ti. La clave es sólo sentir y ser inocente. No analices.
Esto es lo que nosotros tratamos de hacer: intentamos tomar la unidad y entenderla dentro de los confines de la dualidad; pero eso es imposible. Mientras más rápido dejes ir la necesidad de entender y te abras a recibir tu verdadera esencia, más rápido encontrarás las respuestas, porque ellas vendrán de tu corazón, vendrán de tu esencia, vendrán de dentro de ti.
Siempre estamos creciendo; siempre estamos avanzando, aunque no lo puedas ver. Incluso si piensas que estás peor que nunca en tu vida, siempre te estás moviendo hacia una mayor conciencia. Algunas veces parecerá que las situaciones o hábitos en tu vida empeoran, pero lo único que está sucediendo es que tu universo está abriéndote los ojos a un lugar donde puedes deshacerte de tus apegos y ser más completo y libre.
Articulo original tomado de Estrella Valpo