Si nos sentimos distantes, aislados, mirando la vida pasar, descontentos, como si hubiera algo malo con nosotros y con todo, tenemos que comenzar a familiarizarnos con la conciencia. La conciencia siempre está anclada y presente, es apasionada, siempre está dando, siempre jugando el juego de vivir, en lugar de mirarlo como un espectador insatisfecho. De modo que si quieres experimentar algo diferente, haz algo radicalmente diferente: conéctate contigo mismo y comienza a encontrar el amor dentro de ti. Si miras más allá del sufrimiento, será para ti un nuevo comienzo y una gran posibilidad.

No te enfoques en esa sensación de insatisfacción, tómalo como una señal de que necesitas enfocarte en el amor, en la transformación, y te vas a sorprender de lo rápido que vas a cambiar, ya que una vez que te transformas en el amor, una vez que comienzas a encontrar la plenitud interior, despertarás feliz, sin que haya un motivo específico. No hay sufrimiento que no pueda ser superado a través de la transformación, expandiendo la conciencia.

Recuerda que nunca se trata de lo externo. Somos seres humanos: nos comunicamos, nos relacionamos, pero nuestra plenitud proviene de la experiencia interna, no es algo que nos puedan dar o que podamos comprar. No importa cuántas personas te amen, cuán hermoso seas, no importa lo que seas. Si tú no te estás amando a ti mismo, sentirás un vacío desde el cual no tienes nada para dar. Si no estás experimentando el amor, no se puede realmente dar amor.

Difícilmente se pueda encontrar la respuesta si vivimos protegidos con una armadura y en contacto únicamente con nuestro sufrimiento. Tenemos que aprender a estar bien anclados y atentos, presentes en nuestro cuerpo, para poder amarnos en todos los aspectos.

Así descubrirás que el secreto de la vida es el crear, el evolucionar, el jugar, el amar, porque en realidad, tú ya eres aquello que estás buscando. Esa es la ironía de la vida, por eso el Buddha se ríe, porque él sabe: “Ah, yo me estaba buscando a mi mismo, solo tenía que ser yo mismo, amarme y estar presente conmigo”.

Y descubrirás, cuando despiertes de este sueño de vacío y dolor, que también tú reirás. Y después verás que tú ya eras eso, que eras y eres el amor, que no hay nada más que amor, y que jamás hiciste algo mal, que sólo estabas teniendo una experiencia humana.

Tal vez al leer esto tu intelecto, acostumbrado a lo viejo, a tu penuria, te diga : “Esto no puede ser real, no se puede, de estar mal, llegar a sentir el estar bien, debe ser una fantasía”. Esa no es tu verdad, está motivada por impulsos y huellas que han dejado una serie de experiencias que te llevaron a sentir de esa vieja manera, principalmente porque crees que tú eres tu pensamiento.

Descubrirás que eres mucho más que eso y encontrarás la fuente infinita del amor en tu corazón, en esa profunda experiencia de paz, una paz que vibra en dicha por el solo hecho de que eres un ser humano, y por ese solo hecho, ya tienes todo lo que necesitas para que esta experiencia sea tu realidad.

Articulo original tomado de Estrella Valpo