Nuestra misión es estar en paz, ser el amor, dar ese amor, poner ese amor en lo que sea que estemos haciendo en cada momento, y es eso lo que nos completará: puedes ser mamá, puedes ser empresario, músico, jardinero… el cómo estás siendo en cada actividad es lo que te define.
Entonces ser felices y experimentar dicha dependen de cómo estamos siendo y de aquello que estamos dando constantemente.
¿Y si pudiéramos ser felices en cada momento?. Podemos tener todo en lo externo, pero nada de eso va a completarnos, porque hasta que no seamos felices internamente, nada nos va a traer felicidad perpetua.
Para poder experimentar nuestro verdadero ser, es fundamental estar en el momento presente, soltar las expectativas, dejar de trasladarnos al futuro pensando que no vamos a lograr lo que queremos, porque entonces nos desanimamos, nos deprimimos, no creemos en nosotros mismos, no tenemos energía, y nuevamente llegamos a lo mismo. Es fundamental que nos enfoquemos internamente en amarnos y en dar, no en lo que está mal con nosotros. ¡Todos nosotros tenemos tanto para dar!
Algunas personas son naturalmente positivas y simplemente disfrutan de todo. Otras viven quejándose, no creen en nada, y eso les causa sufrimiento. Pero siempre podemos cambiar de actitud. ¿Cómo? Primeramente, hay que liberar toda la basura que está allí, todo el resentimiento, las desilusiones, todo lo que cargamos, y una vez que comenzamos a liberarlo, nuestra vibración natural será la pasión, la dicha, como cuando éramos niños.

A medida que vamos siendo adultos nos vamos desilusionando: “¿Y ahora qué? Ya probé eso antes y no funcionó», o “ Mi marido me dejó hace diez años y ahora ya perdí mi juventud”, y suma y sigue. Tenemos todas estas razones y más para no ser felices, pero en realidad, es una percepción mental.
A medida que vamos siendo adultos nos vamos desilusionando: “¿Y ahora qué? Ya probé eso antes y no funcionó», o “ Mi marido me dejó hace diez años y ahora ya perdí mi juventud”, y suma y sigue. Tenemos todas estas razones y más para no ser felices, pero en realidad, es una percepción mental.
Nuevas aventuras, nuevas puertas, puertas que nunca hemos abierto. ¿Y por qué no las hemos abierto? ¡Porque estamos tan apegados a las viejas puertas! Si algo no está frente a ti es porque no es tuyo, si está frente a ti es tuyo, así que sólo golpea esa puerta y se abrirá, y así es como uno cambia: suelta todo, deja ir todo y comienza a decir SÍ.
Cuando sientes que estás en el fondo, es muy bueno este tránsito, porque ahora solo puedes emerger de ahí. Todo el mundo atraviesa lugares así, esos momentos en los que nada tiene sentido, esa desilusión, ese anhelo, y es justamente ahí cuando uno empieza a descubrirse, a descubrir al ser verdadero.
Articulo original tomado de Estrella Valpo
Que buena reflexion