En última instancia, lo que estamos aprendiendo a hacer con las facetas que estoy compartiendo contigo en este curso, es a aprender a elegir: a elegir el amor en lugar del miedo, la dicha en lugar de la crítica, la entrega en lugar de la resistencia. Estamos aprendiendo a tomar responsabilidad por aquello que elegimos ser en cada momento, en lugar de culpar a nuestro entorno cambiante por nuestro propio descontento. Este cambio de percepción es el cambio de vernos como víctimas a vernos como creadores.

Las circunstancias que han dado forma a nuestras vidas son tan únicas e individuales como nuestra personalidad – no hay dos personas iguales. Sin embargo, nuestra capacidad para crecer como individuos, para evolucionar como personas más compasivas, amorosas y conscientes, no depende de lo que nos haya sucedido sino de nuestra actitud frente a esas situaciones. Frente a las dificultades, ¿nos achicamos o crecemos? ¿Resistimos o usamos la situación para crecer?

Cada vez que miro a mi vida con un no, O con una idea mejor de cómo las cosas deberían ser, estoy rechazando la vida. Como no puedo controlar el juego, no jugaré. No puedo entender, así que no aceptaré. Así de extremo llega a ser la obsesión de un intelecto miedoso; sus complicaciones drenan la alegría de la vida. La conciencia vive en la unidad del corazón. Cuando se vive desde el corazón, no quedan más preguntas. Cuando tu eres lo absoluto, la necesidad desesperada de entender desaparece, absorbido por la alegría plena del ser puro. El corazón no quiere nada más cuando ha encontrado el amor.

¿Cómo puedes pasar de ser una víctima a un creador? Enfocándote en la conciencia, en la profundidad silenciosa que yace dentro de todos nosotros, hasta convertirte en una mente sin pensamientos. ¿Por qué? No hay un por qué. Simplemente es. Cuando notas que estás resistiendo lo que es, pensando que algo podría ser mejor en este momento o que algo es injusto, déjalo ir. Recuerda que cuando fluyes, cuando te entregas, estás siendo Dios. Cuando estás luchando, estás siendo un niño resentido que no quiere tomar responsabilidad. Nada podría ser mejor en este momento, nada es injusto, porque Dios es todo; tú eres Dios en todo, Dios es alegría y todo es tu creación.