:En nuestro último encuentro te enseñaba cómo usar y practicar esta técnica y te decía, “repite mentalmente y enfócate en tu corazón:  AMOR ME CREA EN MI PERFECCIÓN.”

Algunas veces, cuando estés unificando – así llamamos a la práctica usando la faceta – puede que  sientas una profunda felicidad y paz, y otras veces puede que los pensamientos estén muy activos y otras no.  Es cambiante, pero lo más importante es que mientras más practicas, esos viejos estreses, limitaciones y dolencias irán limpiándose y la sensación de amor por ti crecerá.

Otro beneficio es que nuestras emociones se moverán, las sentiremos, y entonces te puedes preguntar:  ¿Cuántas emociones he aprendido a reprimir a lo largo de mi vida? Y sincérate contigo: ¿Cuántas veces sentiste rabia y te la tragaste?

¿Cuántas veces has contenido tus lágrimas, o has puesto una sonrisa falsa, o has escondido esa rabia? En la mayor parte del mundo a los hombres se les enseña a no llorar, porque tienen que ser fuertes.  Y no se supone que las mujeres se enojen, ellas “tienen” que ser graciosas y dulces todo el tiempo. ¿Te condicionó esto a ti?

Tal vez después de reprimir algo, te dio un dolor de estómago o se te apretó el pecho, y lo acallaste con una medicina.  ¿Dónde crees que esa energía se fue?  Está aún allí, silenciada, y seguramente trayendo uno que otro problema de salud, pero disfrazado.  No hay nada que sea solo físico, en los pensamientos y las emociones yace mucha de la energía que influencia tanto nuestras relaciones con el mundo como con nosotros mismos, y esa relación con uno mismo, es interna, íntima, nadie más la ve o escucha, pero tu cuerpo sí.  Entonces, ¿qué haremos? ¿Cómo lo haremos? ¿Lo podemos cambiar?

Claro, es sólo un hábito con el que hemos aprendido, desde muy temprana edad, a ocultar nuestros sentimientos. Pero esas emociones suprimidas no han desaparecido, yacen en lo profundo de nosotros, creciendo lentamente, hasta que explotan en un ataque de ira o terminan en una depresión.

Con esta simple práctica de una hora diaria con ojos cerrados,  y luego con ojos abiertos en momentos de tensión, usando todas las facetas (esas frases que te enseñamos), repitiéndolas relajadamente, irás viendo resultados.  A medida que tu experiencia interna se expande, tus emociones comenzarán a fluir más espontáneamente.

Los niños son un ejemplo perfecto de esto. Ellos no reprimen sus emociones, de modo que las mueven rápidamente y vuelven a estar completamente presentes en todo.

Cuando unificamos, estamos retornando a ese estado del ser.

Entonces, les recordaré, hemos aprendido hasta hoy 3 facetas (las frases):

 ALABANZA AL AMOR POR ESTE MOMENTO EN SU PERFECCIÓN (Atención: profundo al corazón). 

GRACIAS AL AMOR POR MI EXPERIENCIA HUMANA EN SU PERFECCIÓN (Atención: profundo al corazón).

AMOR ME CREA EN MI PERFECCIÓN (Atención: profundo al corazón).

Practiquemos, dándonos ese momento a nosotros mismos. Disfrutemos ese momento de bienestar interior, cultivemos ese jardín natural de paz que yace en la profundidad de nuestro ser. ¡Te sorprenderá encontrar tanto bienestar allí!  Esta semana dedícalo así a lo ya aprendido, lleva esta práctica a lo simple, lo cotidiano. Total, no se riñe ni con creencias ni con religiones, es solo una práctica que te hace bien.