Sí, porque hay comodidad en el sufrir. Es cómodo ser víctima, ya que así no necesitamos tomar responsabilidad. Incluso muchas de las personas más famosas y poderosas del mundo tienen esta adicción. Pero por supuesto, no somos conscientes de esto.

Adicta a sufrir

Yo era totalmente adicta a sufrir.  Una de las formas era siempre intentando salvar a alguien; lo hacía de corazón, pero luego me sentía víctima, porque daba y daba y daba, y terminaba sintiendo que no me apreciaban. Era una posición que yo disfrutaba, y de alguna manera todos lo hacemos. Somos totalmente inconscientes de cuánto disfrutamos el sentirnos víctimas y sufrir.

En lo único que podemos pensar

Las cosas a las cuales somos adictos son las que más nos hacen sufrir. Es el apego lo que causa el sufrimiento.  Si tenemos adicciones que nos hacen daño, generalmente es en lo único en lo que podemos pensar. No es lo que nos da plenitud, pero el intelecto, que es astuto, te susurra: “Ahhh, pero si eso te gusta, no es malo para ti”. Adicciones de todo tipo que no puedes parar.

Y creas fantasías en tu cabeza: “Cuando recién nos conocimos, 17 años atrás, él era tan dulce”. ¡Te ha estado maltratando durante 10 años!; pero dices: “Si, pero cuando recién nos conocimos, era tan romántico…”  Este es un ejemplo extremo, pero te lo presento para que puedas ver lo que hacemos.

Creando dramas

Otras veces todo es tan perfecto, ¡que tenemos que empezar a destruirlo! Lo ponemos a prueba porque no podemos creer que sea real. Y siempre estamos creando dramas en el afuera. Es que estamos adormecidos, incapaces de ver nuestros puntos ciegos. El intelecto es tan poderoso que nos convence de que de esta manera estamos disfrutando, y que el sufrimiento, en realidad, es lo único que merecemos. Creamos un pequeño infierno.

Elegir algo nuevo

Y así es como continuamos reprimiéndonos y aferrándonos, hasta llegar a un punto en que no lo podemos hacer más. Entonces, algo te sacude: nos enfermamos, en ocasiones gravemente, o perdemos a algún ser importante para nosotros; algo sucede para que la presión se libere. Y es entonces cuando dejamos de hacer lo mismo y podemos elegir algo nuevo.

Mirando hacia atrás

Es realmente increíble lo poderosa que es la ilusión, la matrix, el intelecto, porque está logrando sofocar absolutamente a nuestro ser divino. Mirando hacia atrás en mi vida, me sorprende que alguien pudiese amarse tan poquito. Ahora que lo comento me conmueve, porque fue increíble la fuerza que tuve para seguir adelante, para enfrentar las cosas que se me presentaron. Yo amo a esa persona que fui, pero el nivel de sufrimiento que sostenía era demasiado, sin darme ni una gota de amor. Era como si necesitara auto torturarme, porque no me amaba a mí misma para nada.

Somos amor

No tenemos idea, pero en realidad, lo que somos es puro amor, y no lo sabemos. Solo por breves momentos percibimos lo que podríamos llamar amor, pero está tan apegado y hay tanto miedo ahí, que en realidad no tiene nada que ver con el verdadero amor.

Ir adentro para verte

Tenemos que hacer un proceso profundo para llegar a amarnos incondicionalmente. Es tan sencillo cuando lo podemos ver. Ese es el truco, y si tú estas leyendo estas líneas, tal vez para ti ha llegado el momento de ver. De parar un momento e ir adentro, de saber que sí te mereces todo, porque eres perfecta, porque eres perfecto,

y te mereces
ser ese amor incondicional
que, muy dentro tuyo,
espera con paciencia
que lo reencuentres.