En esos momentos en los que se manifiesta esa sensación de vacío interno, de sentir el estómago apretado y cuando un intenso sudor frío recorre tu espalda y te paraliza…. decimos ¡Qué miedo! Efectivamente, todas esas sensaciones las asocias al miedo, al temor a lo desconocido. En realidad no es que haya miedo allí, sino que el intelecto está creando miedo porque no puede entender. Es diferente cuando sabemos, como en estas fechas en las que se celebra Halloween con disfraces y máscaras de brujas, monstruos y oscuridades, todo nos invita a tener miedo pero como sabemos que es un juego no nos produce ese efecto.

Cuando no nos gusta lo que es diferente es porque no se puede entender ni tener de antemano un plan, un control. No puedo controlar si no entiendo, y el miedo que hay realmente en ese vacío es eso: lo que desconocemos, lo nuevo, lo que cambia, lo que no tiene historia o no se ha experimentado antes.

Es justamente por esto que los seres humanos se quedan estancados en situaciones que les causan sufrimiento, porque prefieren quedarse con ese padecimiento, lo conocido, en vez de dar un paso hacia adelante para salir de ahí y entrar en algo que no conocen, que no saben lo qué es. ¿Y por qué esto es así?

Porque nuestra mente nos dice y también lo que hemos aprendido es que para avanzar o cambiar tenemos que saber o conocer previamente, porque si yo sé, entonces puedo controlar la situación, y si no sé, no tengo control, y esto justamente, el perder el control, es lo que más aterroriza al intelecto. Porque el intelecto tiene que poder entender y poner un rótulo para así poder controlar el resultado, la experiencia, lo que se podrá sentir y lo que no.

La realidad es que si toco el miedo, se evapora en presencia de las vibraciones más altas del amor. Así de frágil es el miedo. Y como es una ilusión, puedo seguir avanzando dentro de ese lugar, de lo desconocido. Y lo que vas a descubrir es que del otro lado del miedo está el amor. Esto es evolucionar: para ser más tengo que cambiar, para cambiar, tengo que hacer algo diferente, tengo que insistir, yendo más allá de mis miedos y limitaciones, ¡porque si no, no estoy vivo!

¿Y por qué digo esto? Porque si no vas más allá no te estás experimentando a ti mismo, ni tu potencial, ni tu grandeza que late y está esperando en ese lugar desconocido, solo estás flotando por allí, como un zombi, caminando muerto.

Entonces, anímate a vivir con pasión, un ciento por ciento, a experimentar la plenitud, la dicha, la paz y el amor incondicional que puedes descubrir en tu corazón. No está en ningún otro lugar más que en tu corazón, y cuando lo encuentres verás que siempre lo supiste, que no era desconocido, sino que por algún tiempo lo habías olvidado. Ese miedo se transforma así en un gran maestro, y caminando hacia él, siempre podrás encontrar más y más de la verdad de quien eres.

Recuerda que la realidad es que si tocas el miedo, desaparece y que dentro de ese vacío que trae el miedo, hay una cantidad ilimitada de amor. ¿Sientes miedo? ¡Desafía el miedo y encuentra el amor!