En lugar de ver las cosas como son, las vemos tal como nosotros somos. El resultado es una percepción ilusoria de lo que afuera sucede, y es así como en lugar de un vistazo desinteresado, vemos una observación maligna, en lugar de una crítica constructiva, vemos una desaprobación apabullante, y en lugar del mal humor de otro consigo mismo, vemos un ataque personal.
Ser testigo de la mente
Debemos aprender a observar la mente, así seremos completamente conscientes de nuestras respuestas robóticas. Sin esta habilidad seguiremos manipulados y controlados por el intelecto. Ser testigos de la mente significa anclarnos en nuestro interior en lugar de responder y reaccionar desde el condicionamiento estresado y ansioso basado en el miedo.
¿Y cuáles son los condicionamientos basados en el miedo?
- Las creencias y opiniones que adoptamos a muy temprana edad basadas en el temor, la inseguridad y la autoprotección.
- Nuestras voces subconscientes que susurran: no soy lo suficientemente bueno, no puedo confiar en la gente, el mundo es peligroso, nunca lo lograré, o hay algo malo conmigo.
- Nuestra autoimagen negativa, como resultado de compararnos con los demás.
Encontrando un punto de quietud
Esta percepción nos lleva a responder ya sea protegiéndonos o atacando, y es como si miráramos por una ventana sucia, teñida por cada experiencia que ha quedado grabada allí. No vemos las cosas como son, sino como nosotros somos.
Pero es en nuestro interior donde yace la clave para traer al mundo esa paz que tanto anhelamos, vaciándonos del miedo que permanece grabado en nosotros y que hace que uno viva en el pasado en lugar de estar aquí y ahora, apretando el botón de refresh, encontrando un punto de quietud, teniendo una experiencia de vida donde la abundancia del amor y de la dicha comienzan a ser un flujo constante y que no puede hacer nada más que dar, darse.
Dar, el sentimiento más elevado
Dar es la verdadera naturaleza de la conciencia. Todo a nuestro alrededor está preparado y listo para recibir nuestro compartir, sólo basta mirar con esa intención y encontrarás qué hacer, a quién asistir. El placer del dar es uno de los sentimientos más elevados con el que nuestro corazón puede palpitar.
Sé el amor que quieres ver en el mundo
Enfócate en ser la perfección en cada momento porque eso es lo que va a definir el futuro: sé la dicha en este momento. En realidad, no importa lo que está sucediendo, lo único importante es aquello que tú estás siendo, e incluso lo más mundano será fantástico porque estarás siendo la dicha, estarás siendo el amor. Es tu responsabilidad.
Lo más importante: SER
¡Yo digo esto una y otra vez porque la programación es tan densa! No importa aquello que estás haciendo o logrando u obteniendo o ganando, lo importante es que tú estés siendo lo mejor de ti mismo en cada momento, que estés siendo excelente en cada momento y dando esa abundancia. Eso es lo más importante y eso es lo que, como resultado, verás externamente. Siempre es así.