A veces llegamos a un punto crítico, y es un buen punto porque es el momento de ir hacia adentro y cambiar. Hay cosas que han sucedido en nuestras vidas: violencia, desilusión, abandono, y lo más triste es que vivimos estas situaciones y en algún nivel las asociamos con el amor, aunque ni siquiera seamos conscientes de ello. Entonces seguimos repitiendo patrones, con diferentes personajes, esperando que el afuera cambie. ¡Y no cambia!

Y es tan frustrante eso porque uno piensa: “Ahora va a ser diferente”. Claro, comienza de manera diferente pero termina siendo igual, y uno lo vuelve a hacer. ¿Por qué? Imagínate que todo, todo, todo, fuera un espejo. Lo que te sucedió en un comienzo está ahí, y vas recreando los mismos programas, y aunque juras que ya no quieres eso, en algún nivel sigues atrayendo lo mismo. Entonces ¿como logramos cambiar eso? Tenemos que cambiarnos a nosotros mismos, cambiar internamente, conocernos a nosotros mismos tan profundamente que podamos reconocer el programa.

Y entonces empezamos a cambiar, comenzamos a ver claramente y decimos “¡No!”, y vamos al corazón, a expandir el amor, a encontrar la apreciación, el amor y la gratitud, Y comenzamos a enfocarnos en ello, a sanar a la víctima, a ser felices con nosotros mismos, ¿Y qué sucede cuando somos felices con nosotros mismos? Todo comienza a cambiar afuera, porque comenzamos a reflejar algo nuevo.

Si no confías, no sucede. ¿Viste cuando las cosas van bien, realmente bien y comienzas a pensar: “Mm ¿cuánto va a durar esto?”. “No, esto no es real”. Y voy desafiando: “¿A ver? ¿Ves ves? ¡Te dije! No se puede confiar!!”. Porque en otro nivel creemos que el miedo y el sufrimiento son la realidad y que el amor y la dicha no lo son, porque estamos programados a través del miedo: “no confíes”, “no seas vulnerable”, “ no hables tu verdad”.

Nos enseñaron todos los comportamientos opuestos al amor y seguimos creando las mismas cosas, pero, ¿puede la gente cambiar? Sí, claro que sí, podemos cambiar, pero tenemos que cambiar internamente. Primero que nada, aprender a estar presente en mí. Si estoy presente puedo comenzar a ver la realidad, no soy sólo una víctima de mis respuestas robóticas, y eso cambia todo. Luego, tener la valentía de ser vulnerable, porque estoy empezando a experimentar algo bastante poderoso, y eso es el amor. El amor es una energía que está dentro de cada uno y desde ese espacio puedes cambiar el mundo, tu mundo. Pero tienes que cultivarlo, y es lo único real.

Y lo más hermoso del amor-conciencia es que es una energía tan tan poderosa que se convierte en algo preciado. Y comienzas a hacer cosas en tu vida que van aumentando esa experiencia, en lugar de seguir con lo destructivo de siempre y luego sentirte como víctima: “Ay, hice lo mejor y nada nunca cambia, no tengo esperanzas”.

Todos llegamos a ese punto, yo también llegué a ese punto, yo era exitosa en todo, pero la niñita ahí dentro todavía tenía miedo de ser abandonada. Es esa parte que hay que sanar, yo sé, y lo puedes hacer, seguro que sí. Y ¿sabes? La primera intención cambia todo, porque el hecho de que estés leyendo esto y que tu corazón vibre, es que le estás diciendo al Universo “ahora sí quiero hacer algo diferente, quiero tomar responsabilidad”.