Entonces, para profundizar y crecer juntos con mayor efectividad en nuestra calidad de vida, necesitamos aprender a transformarnos a medida que compartimos con los seres que nos rodean.

Generalmente este compartir se transforma en pequeñas batallas. Hay tantas cosas de los otros que no nos gustan que los vamos rechazando, alejando, negando. Pero esto no parará hasta que no nos demos cuenta que somos nosotros lo que tenemos que cambiar internamente.Entonces ¿cómo podemos usar lo que no nos gusta para crecer?

Los más cercanos afectivamente, ya sea tu familia primaria o la que has creado, son tus espejos. En el caso de tu pareja, es una de las cosas mas grandiosas que puedes tener siempre. Y ser dos unidades individuales que toman responsabilidad por amarse cada uno a si mismo, mas el estar empujando al otro en su grandeza, apoyándolo a que sea, como ser humano, la cualidad más elevada de ser, desarrollando su potencial, abrazando la conciencia humana completa, es algo maravilloso.

Una relación grandiosa es aquella en la que cada uno toma responsabilidad por si mismo, donde cada uno empuja al otro a ir más allá de sus limitaciones y a ser, cada vez más, la expresión de su perfección.

Desafortunadamente, a menudo en las relaciones jugamos a ser menos, a sentirnos inseguros y en el rol de “no me dejes”, “ de co-dependencia”, y eso hay que romperlo ya, pues eso no es amor. Esa jugarreta de “sé menos para yo sentirme seguro”, ya no va, jamás nos dará la felicidad ni el amor que queremos alcanzar.

Tienen que ser mutuamente vulnerables, abiertos, escucharse, buscar apoyo, y tienen que abrirse a ver y a recibir. Es entonces que crecerán increíblemente, y eso, es un regalo.