Hemos creado una ilusión de nosotros mismos, y eso se debe a nuestra ventana de percepción. No podemos tener una visión clara a través de esa ventana, pues está sustentada en aquello que sucedió, en nuestros juicios, prejuicios, dolores, angustias, en todos los hechos de nuestra vida que juzgamos. ¡Y esa es la ventana a través de la cual miramos y creemos que lo que vemos es la realidad!
Índice de contenidos
¿Cómo limpiar el pasado?
Para poder limpiar esa ventana tenemos que limpiar el pasado, eso que está dentro nuestro y que nos mantiene en limitación. Limpiamos hasta que, finalmente, podamos ver el amor. De modo que cuando empezamos a soltar y a cuestionar nuestras ideas, a dar una mirada a todo y a limpiarlo, ese pasado se transforma en algo así como en una historia que leíste, que te contaron. Pero ya no será una historia que tenga un control emocional sobre ti, y tampoco estará ya tiñendo tu ventana de percepción, como hasta ahora.
No vemos el mundo como es, sino como somos nosotros. Si escojo a diez personas que están en algún lugar, cada una de ellas va a tener una percepción diferente de lo que está sucediendo. Todos nuestros sistemas de creencias, nuestras ideas, son únicamente nuestras, o son cosas que hemos aprendido, pero no necesariamente están basadas en el amor, en la gratitud, en la alabanza, en la unidad. De hecho, están basadas exactamente en lo opuesto.
Sacando la basura
Este Sistema de limpieza que yo enseño comienza a sacar todo, y a medida que avanzas empiezas a encontrar a tu Ser auténtico, ese Ser que no tiene juicios, que vive en el momento presente, que es vulnerable, que habla su verdad, que es juguetón, dichoso, que si tiene una emoción no la juzga, y lo más importante, que está anclado en el amor, aquí y ahora.
Foco
Para poder experimentar eso tenemos que deshacernos de lo viejo. Muchas personas dicen «tenemos que vivir en el momento presente”. Pero no es tan fácil, justamente porque estamos cargando todo ese equipaje emocional. Y es como el árbol del miedo, que tiene que ser cortado de raíz: no puedes estar analizando cada hojita, y analizando todo por toda la eternidad: “Uh…. esto fue cuando mi madre me abandonó”, «esto porque amaba a mi hermana más que a mí”, «esto porque cuando yo era niña la maestra me dijo que yo era gorda” …
Hay un billón de hojas… entonces ¿Cómo podemos permitir que ese árbol desaparezca o evolucione? Enfocándonos en el punto más elevado y, como consecuencia, todo comienza a irse. Y después nos quedamos con lo que realmente necesitamos, y eso es el amor- conciencia: conciencia del momento presente, de la profundidad de nuestro Ser.
¿Con qué lentes vas a mirar tu vida ahora?
Cuando vivimos en miedo y no en alabanza, ni en amor, ni en gratitud, toda la magnificencia, la belleza, lo intrincado, la perfección, se pierden bajo la mirada del miedo… Pero una vez que empiezas a experimentar el amor, todo comienza a cambiar y ves belleza absoluta, y la simplicidad nada más que en Ser. Despiertas feliz porque sí cada día, porque estás enfocado en el amor, naturalmente das desde un lugar de abundancia, y todo se torna importante, porque tú eres importante, y todo es un aspecto de ti.
Y ni siquiera es un aspecto,
porque todo eres tú,
porque solo existe eso.