Diariamente somos bombardeados por miedos, inseguridades, tensiones. Aprendemos a interactuar agresiva y hasta violentamente y nos relacionamos con ello de manera pasiva, como si fuera algo natural. Pero si elegimos hacernos conscientes y desactivar su raíz, nos encontraremos con una abundancia de dicha y de paz internas sobre las cuales la verdadera seguridad se puede enraizar y expandir.
Índice de contenidos
Lo que hemos aprendido
Recordemos que es el intelecto el que está siempre manteniéndonos en la dualidad, y es lo que hemos aprendido: “Hice algo mal” o “voy hacer algo mal”, o “nunca puedo hacer nada bien”, “no soy suficientemente bueno, hay otro que es mejor que yo”, o “lo que yo doy no es suficiente” o “lo que recibo no es suficiente”. Vienen pensamientos de rechazo, de autocrítica, de carencia, de sufrimiento, tal vez recordando el pasado. Lo comenzamos a proyectar y de esa manera permanece vivo el miedo de lo que pudiera pasar más adelante.
Cuando esto sucede, invítate a poner atención en la reacción interna: ¿Qué sientes? Y te abres a ese sentimiento, sin juzgarlo. Tal vez eso venga con una sensación física, una emoción, un recuerdo. Permanece presente en ese espacio interior. Tal vez vienen muchos pensamientos.
Reestructurar la mente
Pero tú puedes invitar a un nuevo pensamiento: “Alabanza al amor por este momento en su perfección”, enfocándote en tu corazón. ¿Qué es este pensamiento? Esta es un FACETA, forma parte de mi Sistema, y es la que realiza la labor de limpieza del estrés y las toxinas acumuladas en tu sistema nervioso y en todo tu cuerpo, entre otras cosas. Es un pensamiento muy poderoso pues vibra en la frecuencia más elevada que existe, que es la frecuencia del amor incondicional.
Cultiva un refugio interno de amor
La práctica de esta faceta, pasándola por tu mente, te lleva a anclarte en el momento presente. El cultivar este espacio interno como tu refugio, tu seguridad, es una elección que realizas momento a momento. Así, aprendemos a cuidar de ese espacio, a hacernos conscientes de lo que sentimos, de la energía que hay detrás de los pensamientos y las acciones.
Y si algo sucede en el afuera, ahora tenemos dos opciones: o nos enganchamos con miedo a que acontezca un hecho que nos perjudique, o nos anclamos en ese lugar interno de paz, en cada momento. El miedo atrae lo que el miedo teme. El amor da, imperturbable, y se expande en el ahora.
Elegir está en tus manos
Así que ya sabes, si en cualquier situación la inseguridad te invade y sientes correr por tu cuerpo el miedo, ahora tienes dos opciones: alimentar ese comportamiento antiguo o enfocarte en este nuevo pensamiento: esta faceta que acabo de compartirte.
De este modo, en ese espacio interno de antigua inseguridad, comenzará a crecer junto con el amor a ti mismo, la experiencia de dicha interna, sin razón aparente. Y para que esta dicha crezca, la elegimos todo el tiempo, en lugar de elegir sufrir porque sí.
¿Me dirás que no sufres porque sí?
Pues en cada momento que cultivas y alimentas pensamientos de inseguridad y miedo estás sufriendo, y lo haces automáticamente y sin darte cuenta. Pero, ¿es eso lo que realmente quieres? No, ¿no es cierto?
Entonces, comienza a cultivar lo contrario: la dicha que vibra en un estado de paz que subyace a todo y que comienza a ser tu experiencia cotidiana. Enfocándote en ella, introduciendo esta faceta que hoy te enseñé, irás removiendo lo que impide esa experiencia.
Sigue retornando al momento presente y pregúntate: “¿Qué está mal en este momento? “Y podrás darte cuenta que nunca hay nada que esté mal.
El foco, lo que sí quieres para ti
La dicha es una energía, no es una idea, y el afuera te lo va a reflejar. La seguridad interna es paz interior, es amor a uno mismo, es el ser en cada momento y todo te va a mostrar cómo, en lugares en los que antes sufrías, la dicha estará siendo reflejada en lo externo también.