Cuando creamos nuestras personalidades, es una acumulación de muchos aspectos lo que nos permite ser individuos. Obviamente hay aspectos genéticos y físicos, pero también existe una serie de experiencias vividas durante nuestra infancia que van modelando y creando nuestros temperamentos, nuestros surcos, nuestros sistemas de creencias, todos esos aspectos que nos hacen aparecer individuales, separados y diferentes.

Todos buscamos amor

La ironía es que somos todos exactamente lo mismo, pero nuestra percepción es distinta. No importa a qué lugar del mundo vayas, todas las personas buscan amor. Desde los guerrilleros en la selva colombiana, a Ghandi en busca de paz y libertad para su pueblo, todos buscamos amor, todos buscamos volver a casa.

Usando máscaras para encajar

Podemos interpretar el rol de una princesa en el palacio de Buckingham, o de un drogadicto de Harlem. Es lo mismo, todos hemos padecido el abandono de nosotros mismos, todos hemos sufrido autoabuso y todos nos vemos como no merecedores de amor: imperfectos, usando una cantidad de máscaras para cubrir lo que nosotros percibimos como nuestros pecados. Todos estamos interpretando nuestra parte en esta gran ópera llamada vida. Pero en realidad, somos todos uno.

Elegir ser grandioso

Somos como actores en un escenario, cada uno en un rol diferente. Todos interpretamos un papel. Pero como todos somos excelentes actores, podemos asumir cualquier rol si se presenta la ocasión. Algunos somos caballeros en relucientes armaduras, otros personajes de historietas, pero la verdad, la esencia, la grandeza, es infinitamente el amor. Y cada uno, en todas partes, puede elegir ser eso. No hay víctimas, se trata solo de una elección que la Unidad puede hacer en cada momento.

Volver al corazón, ésa es la clave

Siempre me sorprende que las personas crean que la posición social o las oportunidades en la educación son aspectos que les permitirán lograr lo que quieren en esta vida. Ese es un sistema de creencias que ha sido concebido para mantener a las personas en su posición de víctimas.

Tengo estudiantes en mi Centro que provienen de diferentes medios de vida. Hay profesionales y también personas de bajísimos recursos que de la nada han creado los medios necesarios para realizar programas avanzados de mucho crecimiento. Gentes de todo el mundo que provienen de modos de vida diferentes con historiales educativos muy variados, de distintas edades. Todos ellos han elegido volver a casa, a sus propios corazones.

Despertar de conciencia

Cuando alguien decide despertar, ningún obstáculo puede impedir su camino, todo el Universo se alinea para apoyarlo en su búsqueda, y el tenerme a mí como su maestra los empuja al máximo en cada momento, para que puedan dejar ir lo que no es real: sus máscaras, sus miedos, sus creencias limitantes, sus apegos, y abracen lo que es real: el amor.

Este es el arte de la compasión pura, pero la verdadera compasión solo puede ser aplicada por un maestro en un altísimo nivel de conciencia.

Porque uno tiene que conocer su propia grandeza
para poder espejarle
claramente al otro,
la suya.