Se habla mucho de paz mundial, pero la única manera de lograr paz en el mundo es elevando la conciencia.
Podemos cambiar gobiernos, crear más reglamentos, ser buenas personas, pero si la gente está llena de estrés y se odia a sí misma, es imposible que ame a los demás. De modo que tenemos que elevar nuestra conciencia, cada uno de nosotros, y regresar a la unidad. Tenemos que darnos cuenta de que somos todos uno.
Índice de contenidos
Lo único real es el amor
Las herramientas que yo enseño ayudan a las personas a sanar y a darse cuenta de que lo único real es el amor. Porque es así: lo único real es el amor. Creamos miedo, creamos separación y creamos protección. En todos lados se nos enseña a protegernos. Por eso la gente va a la guerra – afuera, en sus familias, en todas partes – para protegerse de sus demonios imaginarios.
Pero somos nosotros los que los creamos. Creamos el miedo y creamos los demonios. Y todo lo creamos desde nuestras cabezas. Entonces ahora, más que nunca, estamos llamando a todo el mundo a casa, a sus corazones, porque es el único lugar donde podemos encontrar la unión y darnos cuenta de que todos somos solo uno.
El intelecto no puede asir la conciencia
La conciencia es el corazón y es la inocencia, de modo que tenemos que retornar a casa, a nuestros corazones, ser inocentes como niños de cuatro años. Y si ves algo afuera que no te gusta, sánalo, abraza esa parte en ti, porque no hay nada que esté separado ni nada que esté afuera, todo eres tú. Si te afecta, eres tú.
Caminando hacia la separación
Entonces, vamos adentro, nos enfocamos en la conciencia, removemos lo que no es real y caminamos hacia la separación. Hablamos nuestra verdad y no nos abandonamos más a nosotros mismos para recibir aprobación del afuera, porque no hay afuera. No hay afuera.
El amor viene de adentro
Por eso, cuando estamos siendo completamente reales, todo el amor comienza a venir desde adentro. Nuestras máscaras ya no funcionan, porque todo el universo tiene las mismas máscaras, y todos podemos verlas, así que a los únicos a quienes engañamos es a nosotros mismos.
De modo que solo tienes que ser verdadero a tu corazón. Y desde la conciencia, dar. La conciencia da. Da. Todo el tiempo.
Valorar es la clave
También quiero hablar del recibir, porque he visto a muchas personas que se aferran a lo que tienen y que sienten que nunca es suficiente. Es como si no pudieran ver lo que se les da. No lo pueden valorar, porque nunca es lo suficientemente bueno, lo dejan de lado enseguida en la expectativa de lo que van a recibir después. Pero cuando no valoras, no recibes, porque donde no hay valoración no hay apreciación, y el corazón está cerrado.
Es como cuando das pero tienes ciertas expectativas. Lo único que esto causa es resentimiento, si la expectativa no es satisfecha. Pero cuando damos desde un lugar de amor incondicional experimentamos abundancia, y cuando recibimos desde un lugar de amor incondicional, recibimos abundancia. Cuando hay apego o necesidad, no recibimos nada.
La naturaleza de la conciencia es dar
La naturaleza de la conciencia, la naturaleza del amor, es dar, porque la conciencia sabe que siempre se está dando a sí misma, y cuando damos, recibimos en abundancia. Cuando damos desde el corazón, sin expectativas, automáticamente recibimos.
Abre tu corazón para dar y para recibir.
Da a todos
y te darás a ti mismo.