Creemos que el dinero representa la libertad, representa el poder, la seguridad. En realidad es una ilusión, pero nos colgamos tan ferozmente de eso que nunca sentimos que hay suficiente. Y eso es porque la seguridad nunca tiene que ver con lo externo. Puedes ser la persona más rica del mundo y si pierdes tu salud…¿qué es lo que tienes? Puedes ser la persona más rica del mundo y si todos los bancos entran en bancarrota, ¿qué pasa? Entonces, ¿dónde tiene que estar la seguridad? Tiene que estar dentro tuyo. Tiene que ser algo permanente, más allá de cualquier cosa.

Y también tienes que ver los dramas financieros que muchas veces hemos aprendido de nuestros padres. “ Oh, nunca hay suficiente”, “ Oh, uno tiene que ser cuidadoso”, “Oh, la gente se aprovecha de ti.” Y esos surcos están siempre presentes, entonces nos volvemos tan apegados a nuestro dinero que siempre percibimos a través de los ojos de la carencia, de la falta.

Siempre está esa duda, ese miedo, esa carencia, y muy a menudo no tiene nada que ver con la realidad, porque si estamos realmente presentes, podemos ver que tenemos todo lo que necesitamos en cada momento. Tal vez no sea lo que quisiéramos tener, lo que creemos que necesitamos, pero tenemos todo lo que necesitamos en cada momento.

Y tal vez muchas veces creas que finalmente tienes todo lo que un ser humano puede desear, pero te sientes como si igual te faltara algo, ¿no es así? Es porque no lo tienes todo: no tienes amor internamente, y ahora es hora de tenerlo, y cuando tengas eso, entonces sí vas a tener absolutamente todo. En realidad no importa lo increíble que seas, si dentro estás vacío, no puedes realmente recibir la abundancia. Pero si tu corazón está lleno de amor, puedes ver la abundancia también en aquellos lugares en los que antes creías que estaba faltando. Empiezas a ver la abundancia en todas partes.

Y presta atención cuando te saboteas por querer que las cosas sean “a tu manera”, que sean como tú quieres o tú piensas, pues eso hace que no recibas lo que esta viniendo hacia ti y que simplemente es. Tal vez creas que el “ser así” está definiendo quién eres, pero lo que en realidad está definiendo es que no tienes la capacidad de incorporar, de fluir, de decir que sí.

En realidad no te define como individuo, sino lo opuesto, te define como una víctima de tu realidad. Entonces, es un buen momento para comenzar, ahora. Comienza a entregarte, comienza a decir que sí, comienza a encontrar dicha, y va a ser increíble. Puedes atravesar tu vida entera peleando en contra de algo, pero en realidad en contra de quien realmente estás peleando es en contra de ti mismo, saboteándote a ti mismo por tu rigidez, por querer hacerlo “a tu manera”.

Y no va a ser “a tu manera”. La vida no es así, la vida es. Y una vez que aprendes a rendirte, a fluir, a abrazar tu grandeza, a ser excelente, todo se va a abrir. En cambio si sigues peleando todo va a seguir bloqueado, todo va a ser un drama, un drama para sufrir. Aprende a apreciar, a agradecer, y verás cómo el amor crece y te sentirás unido a toda la creación. Tú eres lo que eliges. En este momento, elige el amor.