Cuando éramos niños experimentábamos el vivir totalmente en el momento presente, con simpleza e inocencia, y es algo que podemos volver a crear. Nuestro intelecto vive en el pasado o en el futuro, ésa es su función, y está resolviendo lo que sea que esta dualidad le presente. Esto provoca un elevado nivel de estrés, temiendo repetir el pasado en un momento que aún no viene, y esto activa la adrenalina, y el control se vuelve permanente.
En realidad no podemos controlar nada. Podemos planificar, pero no controlar. Sin embargo el miedo a lo que pueda suceder no nos deja soltar ese rígido control y eso nos impide hacer los cambios necesarios. Entonces, ¿qué podemos hacer?
Podemos descubrir el poder del momento presente, soltar la rigidez de las viejas formas y abrirnos a lo que es, ahora. Podemos recrearnos en cada momento de acuerdo a lo que la vida nos presenta. Lo absurdo es hacer siempre lo mismo y esperar un resultado diferente. Hoy les propongo ver, en cada momento, cómo podemos hacerlo de otra manera, sin expectativas y con inocencia.
Vivimos como si estuviésemos mirando a través de una ventana que está sucia, teñida por nuestras experiencias, y sólo vemos lo que nuestra percepción nos permite, todo distorsionado. Al nacer, esa ventana estaba limpia, pero hoy no lo está. La buena noticia es que la podemos volver a limpiar.

La percepción de escasez, por ejemplo, hace que demos a la vida un poquitín, para estar seguros, ¡y sin embargo esperamos que de vuelta nos llegue todo! Si nos abrimos y damos más, podremos recibir más. Nuestra percepción va a ir cambiando, porque la vida se trata de lo que das, y de lo que eliges en cada momento.
Si lo das todo, vas a obtener de vuelta más de lo que tu imaginación pueda concebir. Porque no serás ya prisionero del miedo, porque caminarás la vida con confianza y entrega, porque el amor incondicional en tu corazón te guiará momento a momento. Crearás lo mejor para tí y para los que te rodean, crearás dicha, paz y más amor en cada momento.
No tenemos claridad porque no tenemos conciencia, tenemos una “idea” de lo que queremos. Cuando tenga “esto” o “aquello”, entonces seré feliz. Todo es en un momento futuro. Y de pronto logro “esto” y “aquello”¿ y adivinen qué? ¡No soy feliz! Porque hay algo que me falta. ¿Y qué es lo que me está faltando? ¡Yo! Yo estoy faltando.
Cuando crecemos en conciencia tenemos claridad y somos excelentes, estamos muy presentes y confiamos. Si algo cambia, fluimos con eso, no controlamos. Entonces cada paso lo damos con dicha, disfrutando. Es la dicha de la conciencia. ¿Qué estoy eligiendo en este momento? Quiero llegar a la cima de la montaña, pero ¿estoy disfrutando la vista?
¿Ves? Se trata de cada momento. ¿Qué estoy disfrutando? ¿Qué estoy dando? ¿ Qué estoy descubriendo? ¿Estoy siendo compasivo? Eso es lo importante y entonces, cada momento es dichoso. Y cuando tú estás dando dicha, ésta te es reflejada de vuelta, ¡y vas a crear cosas hermosas porque tú estás siendo hermoso! Y es así, es así.
Articulo original tomado de Estrella Valpo
Es así .. 🙂
Gracias gracias
Fantástico! Gracias Isha?
Hola me dio mucho gusto leer esta artículo sobre el momento presente, la autora lo relata de una forma muy sencilla para poder entenderlo, y esa forma sencilla es la que saca de sus casillas a la mente a ella le encanta lo complicado, soy un asiduo lector de estos temas porque ya los estoy haciendo vida, claro no es fácil, pero sé que si todos los días voy sumando segundos de estar en el momento presente en mi cotidianidad estoy avanzando, gracias por haberme dado la oportunidad de leerlos, espero me contesten lo más rápido posible, muchas gracias
Miguel Ángel Abreu (Apolo)
Caracas, 06 de agosto 2020
Que bueno que nos escribes. Gracias por compartir. Sabes que puedes aprender el sistema a través de un seminario Online en vivo. Si te interesa puedes escribirme un whats al +5214433565586 soy Cintia una de las maestras del Centro de Isha