Para poder ver a través de los ojos del amor, tenemos que vivir en la unidad del corazón. Cuando vivimos en la superficie, estamos constantemente en dualidad. Cuando vivimos en conciencia, comenzamos a experimentar la perfección de este momento.
Para poder ver a través de los ojos del amor, tenemos que vivir en la unidad del corazón. Cuando vivimos en la superficie, estamos constantemente en dualidad. Cuando vivimos en conciencia, comenzamos a experimentar la perfección de este momento.
Dejemos de vivir con el freno puesto
En algún lugar no confiamos en la felicidad y el amor, porque tenemos miedo de desilusionarnos, y no nos damos cuenta que vivir sin amor, no es vivir. La vida en amor es fluir, rendirnos y conectarnos con lo que sentimos.
Somos emocionales, eso es lo que conecta nuestros corazones, eso nos hace humanos, es lo que nos da fe, dicha, creatividad. Pero desde el minuto en que un niño nace, ¿qué hacemos?: tratamos de impedir que llore, que sea muy ruidoso, que se enoje.
¿Queremos una sociedad de androides?
No funciona así, necesitamos las emociones, ellas nos unen. Las emociones son energía, no hay buenas o malas energías, somos seres humanos: nos enojamos, nos ponemos tristes o felices, y esas son todas emociones naturales. Pero se nos enseña a juzgarlas y reprimirlas y como consecuencia, terminamos sintiendo rabia, depresión, dejamos de hablar nuestra verdad, dejamos de amarnos, dejamos de ser vulnerables y nos negamos a sentir.
¡Pero podemos cambiar esto! Esa es la belleza de la conciencia.
La conciencia vibra
en una frecuencia tan elevada
que el más mínimo giro hacia el amor
lo cambia todo.
La perfección está anclada dentro de nosotros
La perfección está impregnando todo el exterior. Cuando nos anclamos profundamente adentro, la gratitud y la responsabilidad llegan, haciéndonos descubrir la perfección que está presente en este momento. El secreto es ser la conciencia en cada momento. Cuando confiamos y fluimos, vemos la abundancia que nos rodea.
Los humanos siempre queremos planificar nuestro futuro, pero no funciona de esa manera. El universo está lanzándonos diamantes y cuanto más expandimos el amor-conciencia, si tenemos un gran sí, podemos crear las cosas más increíbles. El problema es que no nos gusta lo que tenemos. Estamos dentro de una pequeña jaula y cuando se nos ofrece el mundo, damos un paso hacia afuera, ¡pero nos asustamos y corremos a meternos en la jaula nuevamente!
Tenemos que decir sí. Tenemos que estar anclados.
Tenemos que decir sí, y encontrar nuestro hogar internamente. Las cosas comenzarán a fluir, nos sentiremos más livianos y las soluciones vendrán más rápido, todo comenzará a despegar. Es simple: tú no tienes que saber tu próximo paso. Cuando se presente, cuando la puerta se abra, simplemente permanece ahí. No la mires, no la compares, no trates de cambiarla, simplemente camina hacia eso.
Tenemos que estar anclados en algo permanente, en el espacio permanente del Ser, en el amor-conciencia. El amor-conciencia nos empuja a dar, es algo que elegimos en cada momento. Dondequiera que vayas, puedes dar. Estás compartiendo tu ser, eso es lo importante. El dar, es lo que eres. Lo que tú estás siendo es lo que tiene valor. Tú estás dando conciencia en cada momento.
Sé tú,
confía en tu corazón,
sé lo que tienes que ser.
Tu única responsabilidad
es amarte a ti mismo.
Y tú, ¿cuándo empezarás a confiar en tu corazón? ¿Qué te parece empezar ahora mismo?
Me llega profundamente en em momento que estoy viviendo
Gracias gracias gracias❤️❤️❤️
[email protected] López Lomelí
Hola Gabriela! Cómo estás? Soy Cintia una de las maestras del Centro de Isha. Tienes algún whats o teléfono al que te pueda contactar para darte informes?
Un abrazo
Cintia
Es hermoso el texto