A todas las madres de personas de toda edad y a quienes usan su energía maternal de puro corazón al cuidado de tantos que les necesitan para sanar, para aprender, para recuperarse, y tantas funciones innumerables, a todos quienes dan abundantemente su energía maternal tan nutridora.
Presencia del amor
¿Por qué comienzo dirigiéndome a tantísimos seres que generosamente comparten su energía maternal más allá de su función, parentesco, género o labor? Pues porque lo más importante como seres humanos, para nuestra evolución como humanidad actual y futura, es el potenciar la presencia del amor y compartirlo cada vez más abundante e incondicionalmente.
Nutrir y crecer
¿Cuál es esa cualidad de lo maternal que más nos abre a recibirlo? Lo nutritivo de ese amor y ese cuidado. Y esto se actúa, se da, en innumerables relaciones y funciones.
Claro que, una verdadera transformación interna y de todo el entorno sucede cuando una mujer realiza su maternidad teniendo físicamente la experiencia y todo el proceso del bebé: su crianza, crecimiento, educación, que constantemente te pide dar más amor y que nos acompaña a superarnos individualmente y a vernos en lugares que no fluyen en nosotros, pero que nos conducen a ir más allá.
Acompañamiento incondicional
De modo que, por lo que las situaciones nos traen, nos vemos empujados a comprender, a escuchar a ese otro ser humano y ser capaces de dejar ir, cambiar nuestras propias creencias respecto de cómo eran las cosas antes, a trascender lo que nos hace cerrados a la diversidad en todo aspecto, que es lo que precisamente hoy está siendo elegido por los seres humanos.
Abrirnos a la elección de otro ser que hemos criado ya no es únicamente en cuanto a qué carrera seguir, qué profesión escoger. Muchas madres y padres se encuentran hoy en día ante la responsabilidad de apoyar a sus hijos en la elección de género, en cuestiones más profundas para las que tal vez nosotros recibimos aprendizajes rígidos y prejuiciosos, y hoy, las madres, los adultos en general que ejercemos esa crianza, esa maternidad de mil colores, tenemos que aprender a acompañar sin condiciones.
Amor maternal
Y nos encontramos con bloqueos que podemos aprender a transformar, y es justamente el Sistema Isha el que te va enseñando a amarte momento a momento, y al construir esta realidad interna que comienza por amarte a ti mismo eliminando aquellos juicios que te bloquean, puedes compartir ese amor, en cada momento, y ser ese amor, incondicionalmente, más y más.
Y es por esto que quise incluir a todas las formas de realización de nuestra maternidad como seres humanos, no sólo mujeres madres, sino también muchas mujeres que no pueden biológicamente tener niños, pero que han aprendido a realizarse como mujeres y necesitan ese cambio para ser ese amor maternal en todo su compartir, no importa la forma: ser Amor incondicional en acción.
Aprender a amarse
Son muchos quienes se acercan a los Centros Isha, muchos padres que han elegido esa función por el tipo de familia constituida, muchas madres y padres con adolescentes en crisis de género. A todos ellos va la hoy invitación a aprender a amarse, y que llegue a ser absolutamente incondicional ese amor vibrando en ellos mismos, seres humanos vibrando en amor, siendo la evolución misma del amor, siendo evolución humana constante.
Les esperamos en nuestro próximo seminario online para comenzar el propio camino de realización del amor incondicional con la asistencia del Sistema Isha.