Las madres – y también los padres – deben saber que todos los niños, en algún momento de sus vidas, crearon separación de la verdad de quienes son, pues no se puede tener una experiencia humana sin esa separación. Tal vez fue como consecuencia de un abandono, o de un abuso sexual, tal vez un gran miedo.… Pero tenemos que saber que esa separación debe ser creada.

Abrazar la pureza o enfocarnos en el miedo

Muchas veces nos enfocamos en aquello que “podría andar mal”, nos apartamos del momento presente, y en lugar de abrazar la pureza y la hermosura de nuestros hijos, nos enfocamos en el miedo: “¿Y qué pasaría si…?”

Enfocarse en el amor

¡Es tan importante enfocarse en el amor y crear desde ese espacio! El hábito de enfocarnos en el miedo es solo un surco de la mente que nos mantiene fuera del momento, nos mantiene enganchados en el drama y nos hace adictos a aquello que “podría andar mal”. Ese es el problema de la humanidad: siempre se enfoca en lo que está mal.

Inocencia

De modo que regocíjate en la belleza de tus hijos y regocíjate en su pureza. Aprende de su inocencia y ama eso. Deja de proyectar tu propio abandono en ellos y encuentra la plenitud dentro de ti. Esta separación la crean los niños alrededor de los 4 años, y para ese entonces ya han aprendido muchos comportamientos de su entorno.

Abrazando la experiencia humana

El amor tan puro y perfecto es el que aún experimentan los niños de menos de 4 años. Por supuesto que puede haber aspectos de celos y de posesión en niños tan pequeños también, y eso es natural, es parte de la experiencia humana. Pero lo maravilloso de estos niños pequeños, cuando aún no han creado la separación consigo mismos, es que cuando tienen reacciones humanas normales de celos y de posesividad, no se juzgan. ¡Saben que son perfectos!

El camino es elevar la conciencia

Ahora, a medida que los niños crecen, comienzan a imitar los patrones de sus padres, de la sociedad y de los medios de comunicación. Comienzan a descargar su propia desconfianza y furia en sus amigos y a proyectar su propio abandono en el afuera.

Creo que y, por supuesto, a medida que elevan su conciencia, los niños también se vuelven más conscientes. Entonces, sí, sería ideal que todos los padres del mundo alcanzaran estados de conciencia muy elevados.

Sanarte a ti mismo

Sanarnos a nosotros mismos es el mejor regalo que podemos brindarle a nuestros hijos. Les permite ver a través de la ilusión y no anclarse en el miedo, les permite experimentar más libertad, más abundancia, y lo que es más importante, absoluto amor hacia ellos mismos. De modo que el mejor regalo que les puedes brindar a tus hijos es sanarte a ti mismo.

Los niños son perfectos

Para mí, lo importante es que los niños sepan que son perfectos, que sepan que son la fuente de todo el amor, que son completamente ilimitados.  Y eso lo podemos hacer desde el amor a nosotros mismos. Los niños deben ser sostenidos en su grandeza, deben ser alentados a explorar sus habilidades artísticas y creativas. Nunca permitirles sentirse limitados, que sepan que siempre pueden alcanzar lo que ellos quieran.

En otras palabras,
sería decirles SI todo el tiempo,
enseñarles a decir “Sí, yo puedo hacer eso”.
Para que puedan crear para sí mismos
todo lo que necesitan,
en cada momento.